Estamos a un mes de que la nueva administración empieza a trabajar y ha cambiar las cosas, y los cambios deben de ser para bien, no para premiar a los incondicionales o a los nuevos amigos. La nueva administración se enfrentara a una hidra de mil cabezas que habrá de limpiar de forma rápida y efectiva, tendrá que cambiar la cultura corporativa de estas dependencias, tendrá que poner reglas claras para el funcionamiento de los funcionarios, para que la extorsión y la corrupción ya no sean la marca de estas dependencias, sabemos que no será un trabajo fácil, pero no votamos para que todo siga igual.
Sabemos poco de los planes que tiene Claudia Sheinbaum para ordenar desde las raíces estas dependencias, o para cambiarlas por completo, entre más fácil y menos manos intervengan en los permisos la corrupción se ira, y sí se aplican las leyes de forma estricta no debemos de sufrir extorsiones, el reto es grande, pero el premio será mayor si los ciudadanos percibimos el cambio y mayor será si lo vivimos.
