Sí, desgraciadamente este país en los últimos días ha dado
muestras de estar en manos de una bola de rufianes, que se hacen llamar “servidores
públicos”, esos que se roban y hacen negocio con nuestros dineros, esos, que sin
importar el color del partido creen que tienen la libertad de comerciar, gastar
y robar, que creen que pueden saltar de un color a otro y que no nos deben
ninguna explicación.
Esos señores han hecho de la opacidad: su religión; de la
tranza: su estilo de vida; y del engaño: su forma de ser.
Y desgraciadamente, en
este espacio nos hemos enfocado al caos, opacidad y la corrupción que existe en
la publicidad exterior, pero viendo lo que está pasando el día de hoy, hablar
de la publicidad exterior, se me hace demasiado ñoño, hablar de Mancera se
vuelve poco, cuando todo el país está inmerso en una ola de cinismo, de “no me harán
nada”, “soy intocable”, y etcétera, no es posible solo señalar la opacidad del
GDF y municipios del área metropolitana, la opacidad se ha vuelto el pan de
cada día en nuestro país.
Desgraciadamente así es.