Ayer critique, y cuestione al INVEADF, ayer mismo me
bloquearon, me retaron y me pidieron pruebas de mis dichos como si esta ciudad
fuera invisible, anónima, de nadie. Al parecer la ciudad de México es la ciudad
de los empleados del INVEA, que sin entender que es ser funcionario público,
trabajan como tales, que parte del ser funcionario público es tan difícil entender,
somos sus empleadores, son ellos los que nos deben de rendir cuentas, contestar
cuestionamientos, aclarar dudas. Ser en pocas palabras nuestros empleados.
No me imagino contestándole a mis jefes de forma tan
soberbia “Tiene pruebas, demande en la PGJDF”, y las pruebas son una ciudad
sumergida en la anarquía y el caos, en la corrupción de las autoridades, en la búsqueda
de dadivas de la iniciativa privada, y en el maizeo de grupos afines a sus
intereses electorales, a sus necesidades de organizar marchas y convertir a la
ciudad en un rehén de intereses absurdos y rentables de grupos o tribus.
El INVEADF es un órgano ciudadano que debe sus lealtades al
Jefe de Gobierno, un órgano ciudadano que busca y es complice de una burocracia
pequeña, corta de entendimientos y de miras, y amplia, muy amplia de ambiciones, necesitada de dinero.
Invito al INVEADF que sea un órgano realmente ciudadano, le exijo a Mancera que
corrija estos errores hechos a propósito, a los nuevos Diputados de la Asamblea
del Distrito Federal, a los representantes del DF ante Congreso Federal que sean
honestos y transparentes, que como un primer paso en su ejercicio de
representarnos, acaben con la idea de ser ocultos, alejados de los ciudadanos…
esta es mi exigencia, y espero que tu ciudadano te sumes y les exijas.
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