El problema de la publicidad exterior no es exclusiva de la ciudad de México, es un mal nacional, es un mal que afecta a todas las capitales y grandes ciudades, la opacidad con la que se maneja este rubro por parte de las autoridades, la ambición de los empresarios de este medio y la falta de honestidad de los anunciantes hacen que cada una de las arterias de nuestras ciudades estén llenas de anuncios que son un peligro para la población y van en demérito a la imagen de las ciudades.
Sin más ayer durante la tromba que afecto al área metropolitana de Guadalajara cayeron varios espectaculares, en la ciudad de México y su área metropolitana cada vez que sopla un poco más el viento o llueve un poco más de lo normal algún espectacular cae, ese espectacular caído contribuye de manera especial al caos que ya per se genera la tormenta.
Tal vez vaya siendo momento de que se reglamente la publicidad exterior a nivel nacional, no es posible, ni cuerdo que cada municipio tenga su reglamento propio, cada junta estatal de caminos sea dueña y señora de los caminos de los cuales es responsable, tanto a los anunciantes, como a los empresarios y a las autoridades les convendría homologar los reglamentos, para que así nadie tenga pretexto para la corrupción y la dádiva, es más el INE debería prohibir a los partidos políticos anunciarse en estos medios, ya que la contaminación visual y la sobre exposición de los candidatos no esta siendo de utilidad para la democracia, ni para los ciudadanos, sería un buen punto para los nuevos diputados federales, y otro buen punto para que la SHCP obtenga recursos que hoy se quedan perdidos en bolsillos de algunos funcionarios.
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