Los acontecimientos que golpearon a la ciudad el pasado 19 de septiembre mostraron la gran solidaridad de los ciudadanos comunes y corrientes, de la gente que vive y sobrevive día a día la CDMX, y también mostraron la forma en que nuestros políticos afrontan las crisis, la forma en que se acercan a quien de buena voluntad les dio su voto cunado estos lo pidieron.
El 19-S mostró como desde la comodidad de un Bunker llamado C5 la ciudad en un evento desastroso le dio la posibilidad a Mancera de estrenar día a día que salia a los medios una chamarra diferente, Mancera se mostró como un tipo alejado de los ciudadanos de la CDMX, desde su C5 nunca fue capaz de llenar su calzado de polvo de escombros, no fue capaz de consolar a los deudos, a los que perdieron todo, no fue capaz de ser solidario.
Hoy, 15 días después de la tragedia no ha señalado culpables que desde dentro de su administración dieron permisos para obras ilícitas, no se ha pronunciado acerca de la peligrosidad de la publicidad exterior que se balancea sobre las azoteas de los edificios a cualquier provocación, no, no ha hecho eso Mancera tan solo ha opinado sobre su sueño de aparecer en las boletas de 2018, de querer estar en la ciudad hasta que la crisis termine, siempre y cuando esta no llegue más allá del 31 de diciembre del presente año. Ha dicho y ha aventado la bolita sobre el caso Rébsamen, no hay responsables en un caso donde la política ha hecho de la suyas y simplemente los culpables están en algún partido político y desde esa trinchera unos a otros se acusan, pero, si alguien es responsable de la ciudad es Mancera.
La ciudad levanto su puño y Mancera se refugio en su C5.
No hay comentarios:
Publicar un comentario