Otra vez la Glorieta de Masaryk y la publicidad exterior

 

Foto: La Jornada

No importa quien este al mando, quien sea el alcalde o delegado, tampoco importa quien sea el titular de SEDUVI, INVEA, no es relevante el nombre de quien ostente la jefatura de gobierno, se puede llamar; Claudia, Miguel Ángel o Marcelo, por decir algunos; la glorieta de Masaryk es el ejemplo más pulido, más elaborado y el ejemplo más impresionante de que de nada sirven los reglamentos, leyes, discusiones e ideas acerca de poner orden en la publicidad exterior.

Por lo menos una vez al año se quitan los anuncios espectaculares de esta reconocida glorieta de la ciudad de México y por lo menos una vez al año los anuncios se vuelven a colocar y los vecinos de Polanco vuelven a protestar, y una vez que surgen las protestas las autoridades se avientan la bolita caliente, todos evaden la responsabilidad, nadie es responsable de hacer cumplir la ley, de institución en institución la responsabilidad se va pasando, regresando, brincando, endosando y todos son omisos ante el problema, un problema que los únicos que no pueden aventar a otro lado son los vecinos.

La nueva ley de publicidad exterior, la nueva nueva, esta ahí, dormida en el congreso de la CDMX que apenas ayer decidió repartir las comisiones sin aún tener integrantes, una ley que casi todos sabemos que no va a funcionar y que busca ser un placebo para el caos que es la publicidad exterior en la ciudad.

Si la nueva ley de publicidad no se discute y debate entre todos los implicados en esta industria, no habrá ley que sirva, si uno de los grandes pretextos es la falta de un padrón confiable, antes de hacer una nueva ley, deberían hacer un padrón confiable, un padrón que existe en las agencias de publicidad y centrales de medios, un padrón que no marca que espacio es legal o no, pero si dice cual existe y donde estan, tal vez podrían por empezar pidiendo o contratando ese software, para que inicien las discusiones y debates para una nueva ley de publicidad exterior que funcione de la mejor manera, sin importar quién o quienes son las autoridades.