martes, 5 de agosto de 2014

Para Agosto

Nuestros políticos, esos que se llaman Jefes de Gobierno, Delegados, Diputados, Senadores y demás han hecho de su labor de administrar la ciudad y el erario un ejercicio de saqueo, banalidades, fotos para sociales, fiestas en los lugares más inesperados y sobre todo han olvidado gobernar y administrar.
Y este no es un problema que enfrente únicamente la capital del país, es un mal que ha infectado a cada municipio, a cada funcionario, es un cáncer que se esta comiendo a México.
No es de extrañar que a diario las expectativas de crecimiento del país caigan, y aun así siga el tono festivo del gobierno federal, sigamos viendo a la primera dama en revistas de la crema y nata de México, no es de sorprender que en cada una de las esferas de gobierno haya familiares incómodos, actos que rayan en lo absurdo.
Y no es un problema de colores, es un problema de que todos, casi todos que se dedican a la política se pierden, se van, pero el mayor problema es de nosotros los ciudadanos que no exigimos, que no les damos un marcaje personal a toda ese élite que cobra como si realmente supiera, que son intocables, que se reúnen con narcos y después dicen que no fue así y al ver el vídeo uno se da cuenta de que son más que amigos, pero nosotros estamos dejando pasar todo, tal vez por comodidad, tal vez porque es más fácil quejarse en el café, tal vez porque no nos hemos dados cuenta de que nosotros somos los dueños del país, los jefes de la clase política, que si nosotros nos dejamos este estado con ambiciones totalitarias nos aplastara, estamos aun a tiempo de ponerlos a trabajar y señalar los malo y también lo bueno.

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