Los clásicos dirían que esto de la lluvia es un complot para que las leyes secundarias de la reforma energética, la línea 12, el avión de Peña y la buena actuación del TRI, pasen desapercibidos, pero lo único que no podemos dejar de ver es que cada vez que llueve en el DF y su área metropolitana todo se vuelve un caos.
De nada sirve la demagogia de hacer una ciudad de primer mundo con base en obras mal hechas como la ciclo vía o el segundo piso que se rompe con el segundo temblor, la administración, las administraciones de esta ciudad han sido un rotundo fracaso, y sin embargo al parecer son mejores que los peores, y solo ganan por una nada.
Esperemos que no llueva tan fuerte, para que no tengan pretexto los administradores, y espero que, esos que viven de la función pública hagan su trabajo, ese trabajo que se llama. SERVIR
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